Primero debemos recordar que:
1- El Conocimiento despierta la Aptitud
2- La Aptitud inspira el Deseo
3- El Deseo crea la Voluntad
La persona que tiene Voluntad para una cosa es porque siente Deseo de lograrla.
El Deseo es el acicate de la Voluntad.
Si no hay verdadero Deseo, no hay Voluntad. Donde no hay Voluntad no puede existir Aptitud.
Debemos tener una idea clara de lo que queremos. Los beneficios que vamos a conseguir y el resultado final de nuestro objetivo.
Los deseos se desarrollan por medio de la visión consciente de los beneficios que la realización de nuestros deseos va a proporcionarnos.
Deberá dedicar una hora por día a repasar mentalmente los beneficios que le va a procurar la concreción de su deseo.
La ejecución del deseo es auto sugestiva.
Ahora usted debe dedicarle una hora diaria a imaginarse ejecutando los actos que lo llevarán a concretar su propósito.
Debe empezar por los más sencillos hasta llegar a los más complejos, mientras se ve a si mismo disponiendo del poder que le otorgan los beneficios adquiridos.
Cuando ha terminado de recorrer mentalmente las diversas etapas que lo conducen al fin que persigue, vuelve a comenzar el procedimiento llevándolo a la práctica.
O sea ejercitando su voluntad mediante la emisión del efluvio, hasta obtener un pequeño éxito que le otorgue confianza en su capacidad. ya que el hombre hace todo lo que cree que puede hacer.
Todas las mañanas, al levantarse, póngase frente al espejo y fije su mirada en el entrecejo de su propia imagen.
Cuente mentalmente hasta diez , mientras hace una inspiración profunda. Luego, expire lentamente siempre con la mirada en el entrecejo, también contando mentalmente hasta diez.
Repita el ejercicio hasta poder llegar a contar hasta cuarenta en una sola aspiración.
Concentre su pensamiento en la idea de conseguir la mirada magnética.
En solo un par de meses logrará su objetivo.
La mirada magnética produce una especie de corriente de transmisión del pensamiento a otras personas. El punto vulnerable para influenciar a otras personas es dirigir nuestra mirada magnética al entrecejo, si la persona está de frente o en la nuca si está de espaldas.
Primero debe concentrarse en la idea que desea transmitir, y sin que la otra persona lo note, inspire profundamente mientras da la orden.
Repita la operación una y otra vez tratando que el interesado no se de cuenta de lo que está usted está haciendo hasta que obedezca.
No debe darse por vencido si no logra su objetivo en la primera oportunidad. Si persiste con confianza absoluta de que tiene poder para influenciar a determinada persona, lo logrará.
Le recomiendo practicar en cines o teatros .fijando la mirada en la nuca de la persona que está delante hasta lograr que esa persona gire la cara hacia usted.
No debe preocuparse si la persona se resiste una o diez veces. Insista. La insistencia lo llevará a la victoria.
Si decide practicar en una plaza o en la calle, tenga presente que no debe interponerse otra persona entre usted y el sujeto, ya que si esto sucede, se corta la corriente magnética y es muy difícil obtener resultados satisfactorios.
La magnetización difiere según se trate de un objeto o de una persona. En ambos casos hay que impregnar de magnetismo al objeto o al cuerpo, mientras concentramos nuestro pensamiento en lograr el objetivo deseado.
Para impregnar de magnetismo un cuerpo debemos sostener nuestras manos sobre el cuerpo que deseamos magnetizar hasta que tome la misma temperatura y tengamos la sensación de que la mano y el objeto son un mismo cuerpo. Esto ocurre porque ambos se están comunicando. Cuando se llega a este punto hay que concentrar la atención en la mano y visualizar como la energía magnética fluye por ella penetrando en el cuerpo.
Si bien se puede impregnar con una sola mano, es conveniente usar las dos. Una sobre la otra, ejerciendo una ligera presión. Antes de retirar las manos, debe cerrar los dedos sobre las palmas y alejarlas con movimientos muy suaves.
Al mismo tiempo que hacemos esto, nos concentramos en el objetivo a conseguir. Cuanto más tiempo le dediquemos a esta parte mejor será la impregnación. Media hora es suficiente.
Este es un método ideal para magnetizar objetos o con fines terapéuticos.
Se realiza por medio de pases.
Se debe sostener ambas manos sobre el objeto a impregnar, sin tocarlo, con los dedos extendidos y los pulgares cercanos pero sin tocarse.
Después de varios minutos en esta posición y, cuando visualizamos que hay una comunicación entre las manos y el objeto, se comienzan a hacer los pases lentamente, abriendo y cerrando un poco los dedos como si estuviéramos acariciando una cabellera.
Cuando llegamos a un extremo, cerramos las manos, juntamos los dedos sobre las palmas y las retiramos para volver a abrirlas en el extremo opuesto repitiendo todo el tiempo que fuera necesario.
Para mejores resultados se puede combinar la práctica de magnetismo por contacto y luego los pases sin contacto.
El elemento más importante para magnetizar a alguien mientras duerme es la voz.
El operador debe hablar en voz baja y despacio para no despertar al sujeto.
Mientras habla debe dirigir la mirada a la raíz de la nariz del paciente, como lo haría si estuviera despierto.
Las palabras deben ser elegidas cuidadosamente para provocar el sueño hipnótico. Por ejemplo: Duerme tranquilo. Duerme y descansa. Tu sueño es cada vez más tranquilo y más profundo.
Repitiendo estas palabras una y otra vez hasta que veamos que el paciente está perfectamente dormido.
Agregamos luego: Despertarás cuando yo te lo ordene y ahora prepárate a contestar las siguientes preguntas.
Mientas decimos estas palabras, pasamos las manos sobre su cuerpo, sin tocarlo hasta llegar a la altura del ombligo. Se comienza a la altura de la cabeza con las palmas vueltas hacia abajo. Al llegar al ombligo se vuelven las palmas hacia arriba y se vuelven a hacer los pases muy lentamente.
El paciente no debe sufrir cambios de temperatura ya que puede despertarse conmocionado por el impulso de una ráfaga de aire.
Para que el paciente vuelva al estado de sueño natural se puede decir: A partir de ahora tu sueño es cada vez menos profundo. O puedes despertar lentamente, tranquilamente y te encontrarás descansado.
Es conveniente despertar al paciente para verificar que está libre de fluido magnético.
El paciente debe ignorar completamente lo ocurrido.
Con fines terapéuticos Tome agua potable en una jara y déjela caer en forma de chorro dentro de un vaso de cristal a una distancia de entre 25 y 30 cm, siempre al rayo del sol.
Repita esta operación entre 10 y 20 veces.
Coloque el agua en una jarra y tómela con ambas manos sin tocarse y visualice la energía magnética penetrando en el agua.
Luego separe las manos y realice pases de arriba hacia abajo de la jarra, mientras se concentra en impregnarla con la energía que el paciente necesita para revitalizar su organismo.
Esta agua posee otro sabor y produce grandes beneficios en muchísimas enfermedades.
Para recargar de magnetismo al cuerpo, tape la nariz izquierda y aspire lentamente por la derecha. Una vez que llenó de aire los pulmones, haga lo mismo tapando la nariz derecha y aspirando el aire por la izquierda. Esto debe realizarse reteniendo la respiración e invirtiendo la misma cantidad de tiempo hasta completar un ciclo de siete veces siete.
Se debe contar mentalmente hasta catorce cuando se inspira y hasta siete cuando se retiene. Hasta catorce cuando se expira y hasta siete para reposar.
Este ejercicio no debe realizarse después de las comidas.
Los beneficios físicos y morales se notan en forma inmediata ya que además de recargar el cuerpo de magnetismo, facilita la digestión, aumenta o disminuye la temperatura corporal y excita la actividad mental y sexual.
Todas las células nerviosas acumulan energía magnética. Especialmente y en forma casi exclusiva se concentra en los plexos solar, faringeo, cardíaco y lumbar.
Para recargar energía en forma consciente hay que realizar un ejercicio de respiración acompañado de un esfuerzo mental mientras se respira.
Este ejercicio debe realizarse al aire libre, mirando al este. Con las piernas juntas , la cabeza levantada y los brazos caídos al costado del cuerpo.
Una vez que está en el lugar indicado debe respirar lentamente mientras visualiza la acumulación de energía en los plexos antes mencionados.
Las emociones influyen sobre la energía magnética. Las emociones benéficas como la alegría, el amor, la confianza, etc. favorecen la recarga de energía.
Los sentimientos nocivos como la cólera, la envidia, el rencor, la duda, el pánico, la tristeza, los celos, etc. Ocasionan pérdidas instantáneas de energía magnética, alteran la salud física y envenenan la sangre.
El Mal de Ojo o Mala Voluntad es una descarga de fluído magnético impregnado de un sentimiento de odio, que es lanzado consciente o inconscientementey que puede ocasionar un estado mental correspondiente en la persona que lo recibe.
Este estado mental, como cualquier otro, pone a su vez en conmoción las ideas y fuerzas afines a su característica y concluye por motivar un hecho. Este hecho es el resultado correspondiente a la descarga de fluído que la motivó.
Generalmente son las personas rencorosas, que se juzgan a sí mismas inferiores o carentes de algo que la otra persona posee, las que con más facilidad pueden emitir esa clase de fluído.
Las personas bondadosas que no están animadas por ningún mal sentimiento, dificilmente ocasionen estos trastornos.